Todas y todos buscamos un producto casi milagroso que nos ayude de una forma definitiva a mejorar los signos de la edad.
Aunque ya sabemos de sobra que en cosmética los milagroso no existen, nunca está de más continuar en la búsqueda de los mejores productos antiedad, porque eso significa, de algún modo, que nos preocupamos por el estado de nuestra tez.
Por otro lado, también sabemos de sobra que uno de los grandes maestros antiedad son los sueros faciales.
Pero, ¿sabemos realmente de qué se trata estos imprescindibles y cómo debemos utilizarlos?.
Si la respuesta es negativa, tras leer este post sobre qué es un sérum, para qué sirve y como utilizarlo, tus dudas quedarán resueltas.
Te contamos todo lo necesario en las próximas líneas.
¿Qué es un sérum facial?
En sus inicios, este producto cosmético comenzó siendo un potenciador, utilizándose como una especie de complemento antiedad.
En la actualidad, este modo de uso ha pasado a la historia para ser uno de los grandes protagonistas de nuestra rutina facial antiarrugas, incluso existen recetas caseras de sueros faciales que podemos hacer en casa.
Se caracteriza por tratarse de un concentrado de principios activos, es decir, debe contar con activos en porcentajes mayores de los que encontramos por ejemplo en una crema facial antiedad para piel madura.
Su textura suele ser muy ligera, contando con muy poca densidad, para lograr así penetrar en las capas más profundas de nuestra tez, obteniendo muy buenos resultados.
Realmente, como ves, de potenciador antiedad ha pasado a ser un tratamiento antiage fundamental.
Además, como extra, se suele adaptar muy bien a diferentes tipos de dermis, especialmente las opciones que son no comedogénicas, que no saturan los poros.
Una de las grandes novedades hoy en día es que podemos encontrar diferentes tipos de sueros faciales, en función de las necesidades con las que contemos.
De este modo encontraremos sueros hidratantes, anti-manchas o despigmentantes, iluminadores y los más buscados, los potentes sueros antiarrugas, que utilizados con una buena crema antiage, hacen que nuestra rutina de cuidado de la piel se mantenga completa.
En resumen, estos concentrados de activos cuentan con los siguientes beneficios:
- Ofrece un tratamiento completo, debido a su concentración de activos.
- El porcentaje de principios activos es mayor.
- Consigue penetrar en las capas más profundas de nuestra tez.
- Suelen contar con una base ligera, que se absorbe rápido.
- Es el tratamiento antiedad ideal a partir de los 30 años.
- Existen muchas opciones, capaces de cubrir todas las necesidades de la piel: hidratar, mejorar los signos de la edad, unificar el tono de le piel… ¡las posibilidades son infinitas!.
Para qué sirve un sérum facial
Lo que queda muy claro es que este producto no cuenta sólo con una única función, ya que como hemos visto existen diferentes tipos, incluso opciones que son todo en 1.
Podemos afirmar por lo tanto, que los sueros faciales sirven para tratar y mejorar el aspecto de nuestro rostro aportando activos y cubrir algunas de las necesidades concretas de nuestra piel.
Por lo tanto, lo ideal será conocer a fondo qué puede ofrecernos el tipo de suero por el que nos hayamos decantado, así que a continuación os damos más detalles de cuáles son los principales tipos que hallarás en el mercado.
Tipos de sérums faciales
Como se trata de un producto cosmético que en algunas ocasiones puede presentar diferentes funciones, muy concretas, os hablamos de los más comunes.
Antiarrugas
Los mencionamos en primer lugar porque, sin duda, son los más populares, ya que se diferencian por contar con mayores proporciones de activos antiage, con los que conseguiremos mejorar los signos de envejecimiento cutáneo, lidiando con arrugas y surcos más profundos.
Podemos encasillar en este tipo también a los sueros reafirmantes, porque también se encargan de mejorar las arrugas y evitar que la piel pierda firmeza.
De los activos más destacados, sin duda, el Retinol un potente ingrediente antiage o su alternativa para pieles sensibles, el Bakuchiol.
Hidratantes
Otro de los tipos más populares son los hidratantes, con los que, como su propio nombre indica conseguiremos mejorar la humectación de la piel.
Será una buena idea utilizarlos en pieles secas e irritadas, ásperas y sensibilizadas. Destacan el Colágeno y el Ácido Hialurónico, entre mucho otros, como activos humectantes.
Anti-manchas o despigmentantes
Son los encargados de mejorar el tono y unificarlo, devolviéndole toda la luminosidad, mejorando el aspecto de las manchas y los lentigos solares.
Para eliminar y mejorar las manchas, serán importantes en esta misión activos como la Niacinamida o el Ácido Salicílico.
Además, también podemos contar con la Vitamina C, para recuperar la luminosidad y mejorar el tono, logrando una piel radiante. Del mismo modo, utilizar una buena crema con Vitamina C será una buena idea.
Antioxidantes
Son los encargados de mantener nuestra piel protegida frente a los radicales libres, agentes externos, responsables del envejecimiento prematuro.
Entre los más destacados está la Vitamina E o Tocopherol, por ejemplo.
Cómo utilizar un sérum
Como sucede con todos los cosméticos, es muy importante conocer cómo debemos utilizarlos, ya que de ello dependerá los resultados que obtendremos.
Para hacer uso de un sérum facial debes seguir los siguientes pasos:
1. Elimina los restos de suciedad e impurezas
No hay mejor formar de iniciar una rutina facial que comenzar utilizando un buen limpiador facial.
Por lo tanto, el primer paso que debemos realizar es limpiar bien nuestro rostro, para que nuestros poros queden libres de suciedad y puedan absorber los activos que incluyamos en este proceso.
2. Aplica el sérum
Una vez que tengamos el rostro libre de suciedades que puedan taponar los poros, entonces será el momento de aplicar el suero elegido.
Siempre lo aplicaremos justo después de la limpieza y antes de aplicar la crema hidratante, sin restos de humedad y con la piel seca.
Dependiendo del producto por el que te decantes, lo extenderás por la noche o por la mañana y en algunos casos, tanto de día como de noche.
Otro aspecto que debes tener en cuenta es no utilizar demasiada cantidad, aunque esto dependerá siempre del cómo sea la textura y densidad del producto escogido. Por suerte muchos de estos productos cuentan con una cómoda pipeta que facilita la tarea.
Lo extenderemos utilizando las yemas de los dedos, mediante pequeños toquecitos repartidos a lo largo del rostro.
No realices movimientos bruscos o arrastres el producto, ya que puedes causar irritaciones y rojeces.
En el caso de decantarte por realizar el layering, es decir, utilizar dos sueros con texturas diferentes, en primer lugar debes utilizar el que cuente con una textura más ligera y en segundo lugar, utilizar el que cuente con una textura con más cuerpo.
3. Extiende la crema hidratante y finaliza con el protector solar
Una vez que hemos seguido todos estos pasos uno a uno, entonces, aplicaremos una buena crema hidratante y enseguida, protegeremos bien nuestra tez utilizando un buen protector solar que cuente con FPS 50.
Para finalizar, no olvides tener en cuenta que siempre debemos elegir un suero en función de cuál sea nuestro tipo de piel y nuestras necesidades.
Por otro lado, no olvides seguir las recomendaciones que incluya el propio producto, como sucede por ejemplo con el momento concreto del día en el que debemos aplicarlo, por la mañana o por la noche.
Ahora que sabes en qué consiste un sérum, para qué sirve y cómo podemos utilizarlo, ¡no esperes y utilízalo desde hoy mismo!.